viernes, 5 de julio de 2013

Platos rotos

Por ahí la gente no hace más que repetir el diálogo aquel de que si tiras un plato al suelo y se rompe, aunque le pidas perdón no vuelve a ser el mismo.
La moraleja, por supuesto, es que eres idiota si la gente te dice que tires platos al suelo y tú obedeces. Y encima le pides perdón a un objeto inanimado.

Vale, no, la moraleja no es esa. Pero me da igual, porque para eso tenemos el kintsugi. Es un arte japonés en el que las piezas rotas de porcelana son reparadas con oro. Y se convierten así en un objeto único y más valioso que antes. Así que al raro que va tirando platos, que se deje de disculpas y aplique el conocimiento japonés.

Por tanto, que no vengan a darme lecciones morales cuando la cicatriz se puede convertir en algo valioso. Como las del alma. Almas sin cicatrices, bleh. De personas que no han vivido. Como la piel sin arrugas del que aún es demasiado joven. Lo que se vive nos marca, por fuera, por dentro. Y no es que acumular arrugas sea lo más fascinante del universo (porque en esta sociedad de la perfección se penaliza el paso del tiempo en lugar de venerarse), pero acumular cicatrices en el alma te hace más sabio.

Eso para los que tienen almas. Los que pueden desplegar las alas y volar se rigen por por otras normas. Ahí son dichas alas las que sufren el castigo, quebrándose e impidiendo alzar el vuelo. Pero sin necesidad de oro, todo vuelve a la normalidad. Y hay que ser muy observador para darte cuenta de cualquier recuerdo de heridas pasadas.

En cualquier caso, la única conclusión es que las cosas delicadas se pueden acabar rompiendo. Y que uno es libre de convertirlo en una tragedia o de arreglarlo y devolverle el esplendor.

No hace falta que diga qué opción es la que yo escogería, ¿verdad?
Exacto. Yo miraría mal a la pieza rota y le diría "Ya estás tardando en reorganizarte. Te espero fuera contemplando los girasoles".

3 comentarios:

MaNoPlaS dijo...

algo delicado como es mi orto algún día se romperá... y a lo mejor ya me lo están rompiendo ya poco a poco. mi consejo personal de hoy es que no pienses mucho. Las almas... a mi me gusta llamar así a mi super yo, lo que me gustaría que perdurara de mi cuando yo muera. En definitiva, yo soy el girasol al que has de observar, algún día.

M dijo...

Mejor no te mueras. Cásate conmigo o algo. Es como una muerte en vida, mucho más trágico. Mhuahahaha.

MaNoPlaS dijo...

al menos tendré algo de sexo... o no