Entrada denegada. Para todos. Los motivos detallados serán comunicados a cada participante en privado. Pero puedo hacer públicas las conclusiones generales. Porque tengo sueño. Tanto la persona que escribe esto como la persona en la que se basa esto. La protagonista del escrito posiblemente tenga aún más sueño que yo, que prometí irme a la cama hace rato. Pero eh, que me desvío. No era de mí de quién íbamos a hablar. Yo directamente patearía a todos. Pero ella... ella es de otra manera.
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A. Tú no puedes entrar por falta de arrojo. Has dejado pasar oportunidades demasiado buenas. Es tarde para lamentarse.
B. Tú no puedes entrar por falta de valor. No quiero ver cómo acabas devorado por un unicornio.
C. Tú no puedes entrar por no ser una persona de fiar. Siempre has rodeado la zona y esta vez no va a ser una excepción.
D. Tú no puedes entrar por no estar preparado. Acabarías cometiendo una imprudencia y pagando un precio demasiado elevado.
E. Tú no puedes entrar porque nunca tuviste intención de hacerlo. Pero dije que algún día igual aparecías aquí.
F. Tú no puedes entrar porque te perderías en el laberinto y acabaría teniendo que expulsarte a patadas.
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No hay siete, no hay número mágico. La protagonista de esta historia no quiere hablar sobre el siete. Y yo respetaré su deseo. Y los del resto de mis personajes.
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