domingo, 4 de agosto de 2013

Picaporte unicelular (y un poco cansado)

La gente es cutre. Esto es así porque yo lo digo, claro está. Y a mí no se me aplica porque no soy gente. Puedo ser muchas cosas, pero gente no. En primer lugar, porque no soy un colectivo. Y el segundo motivo es que yo tengo libertad de decidir lo que soy o dejo de ser. Faltaría más.

El exilio sigue siendo el exilio. Lo cual es una frase muy profunda a la par que obvia. Tiene implicaciones que no se perciben a simple vista. Ni tampoco con un microscopio de 300 aumentos. Se necesita algo más poderoso. El poder del rododendro interdimensional, por lo menos.

El caso es que estoy en una etapa de mi vida en la que no me puedo quejar. Bueno, realmente claro que puedo. Por multitud de cosas, además. Pero no va conmigo, no conjunta con el estado anímico de esta temporada... ehmm... ¿otoño-invierno? Como sea. El mundo de la moda es tan conocido para mí como el mundo del automovilismo. Y este último anda a la par con mis conocimientos sobre nigromancia de moscas tuertas.

Nah, no es cierto. Todos sabemos un mínimo sobre nigromancia. O uno debería saberlo. En el colegio enseñan muchas cosas prescindibles. Y pese a ello no enseñan nada sobre estas artes ocultas y tan antiguas como el mundo plano de la castaña asada.

Total, que estamos en agosto. Quién iba a imaginarlo. Miras hacia un lado, en un acto reflejo, como aquel que ve caer astronautas. Y cuando vuelves la vista de nuevo, hala. Agosto. Con delantal y zapatillas. Y sin certificado médico. Como cada año, vamos.

Este agosto es reflexio y poco apasionante. Bueno, solo llevo cuatro días de agosto, así que igual me estoy precipitando (con borrascas, anticiclones y un señor de verde diciendo "yey"). Pero no veo por qué iba a ser diferente a julio o a junio. Aparte de por lo diferente del nombre, claro está. Las jotas ya no se llevan. Lo cual es una pena, porque hay cosas molonas que empiezan por jota. Como Jancio. Claro que también las hay horribles, como Jerez. Pero es que la jota catalana poco tiene que ver con la castellana. Así que Jancio tiene tanto que ver con junio, julio y jerez como con un cortapizzas gallito.

¿Y con qué tengo que ver yo? Yo soy M. De merluza. De maravillosa. De mutante. De multidisciplinar. También de "¿Me das mil euros?". Y de la mossegada.

También podría ser M de muerte, como en el sueño aquel en el que yo era la parca. O de mastín. Que no tiene nada que ver conmigo, pero bien podría ser una parte importante de mi vida futura. También podría ser de "menuda mierda", pero es una expresión que sonaría muy artificial si fuese articulada por mí. M de "me molas" es más probable que se relacione conmigo, pero sigue sin cuadrar. M de mamut desconocido. Eso sí, ves. Y de mimosaurio. Y de migas contenidas. Y de mil cosas más que solo un melón podría entender.

Claro que, en realidad, mi nuevo nombre es Nicolasito Tremebundo. Pero que nadie se chive. Que NT no tiene el mismo encanto. "No tardes". "Nuevas tumbas". Nah, no lo veo.

Dicho esto, me voy a la cama. A descansar un poco antes del día ajetreado que me espera. Que es lo que debería haber estado haciendo si un mosquito del averno no hubiese decidido despertarme.

En la próxima entrega, "Vida y obra de Hinojoso" completamente gratis.

No hay comentarios: