viernes, 23 de agosto de 2013

Promesa

Años de lluvia y sol, de claroscuro y de un tubo aterciopelado machacando hormigas interestelares. Lo típico.
Y en mitad de toda esa espiral de arena muerta y de sal viva, de agua arremolinándose en torno a la roca eterna... la promesa. La misma, pero diferente a la vez.

Podría hablar de cangrejos. O de salamandras con branquias. Como los ajolotes, que según Regargojana son jalapeños. Pero supongo que tengo demasiado sueño para hablar de esas cosas. Así que solo puedo... ehmm... no recuerdo qué iba a poner. Ah, maldad en los blogs y en la inspiración de madera clásica.

En mitad de todo este sueño, recuerdas. Palabras susurradas, miradas que se encuentran en mitad de la noche, con las estrellas presenciándolo todo. Caminábamos, dos almas inocentes, ignorantes de todo lo que nos deparaba el futuro.
Y todo se volvió caos. Y malvavisco. Y creo que hasta teclas. De un teclado, claro.

Pero son cosas que pasan porque tienen que pasar. O porque era la alternativa más sensata. Y aunque no quise mantener una promesa, la mantuve. La de la orden del somormujo. Por lo menos.

La felicidad venía en dosis pequeñas, un sobre de azúcar de esa que no quiere disolverse en lava. Pero esa felicidad se vertió sobre a mesa y me salpicó. Sin avisar, sin advertirme de las consecuencias.

Y es por ello que los ojos se me cierran, párpados pesados. Y es así que los últimos segundos los dedico a ti. A nuestro pasado, a nuestro futuro. A la promesa que nos ha mantenido en la misma senda, sin saberlo. Ah, la vieja leyenda del folio amigable. Eso explica muchas cosas también. Pero mejor que las explique mañana.

3 comentarios:

MaNoPlaS dijo...

los folios dejan de ser amigables cuando te cortan el dedo

Pájaro del terror dijo...

Uno corta un dedo, pero muchos juntos son un arma mortal. Cuando estaba en la cárcel pedí un inocente paquete de Din-A4 supuestamente para escribir mis memorias, pero enrollé la mitad haciendo el cono más duro y afilado que pude y apuñalé a mi compañero de celda en el cuello mientras dormía. Además, cuando te cansas de apuñalar gente con el cono lo puedes usar para hacer TUTÚUUU en la oreja de la gente y como catalejo inútil.

M dijo...

Todo depende de si el folio es normal o de papel reciclado. Cambia mucho los resultados del combate.