Dicen que Teruel no existe. Y es cierto, esa ciudad-pueblo-algo en realidad es un holograma con aroma a frambuesa estoica.
Pero como a ciertos meloncios les gusta vivir en sitios pequeños y raros, pues allá que nos fuimos la nenaza y yo. Ir a Teruel era una excusa como otra cualquiera para conocer a mi amada rubia (que en realidad tiene nombre), al hombre que me disputa al vocalista de In Flames (sabes que es mío, ríndete) y a... hmmm... algo casi tan terrible como un informático, pero sin serlo.
El caso es que allí descubrimos que hay cuestas,acueductos, tiendas que deciden abrir de madrugada y alimentarnos con jamón y queso mientras ofrecen conciertos, exposiciones fotográficas con títulos tan llamativos como "aspersores ahorradores" y toros en miniatura. Y es que la plaza del torico viene a ser esto...
Las proporciones entre escultura y columna que la sustenta no las tienen demasiado claras. Pero es les perdona porque ya hemos dicho que es todo un holograma.
Y nada, pasamos unos días en compañía agradable, no matamos a demasiada gente, no atacó la carpa y Jancio no mutó en codorniz (cosa que agradezco).
Otro día actualizaré con algo más interesante. O no.
2 comentarios:
Y alguna que otra persona se convirtió en zombie durante un rato!
Un placer coincidir con vosotros! La próxima vez, será conciertaco mediante!
Un zombi muy auténtico, ¿eh? XD
Espero poder volver a quedar pronto. Y si hay concierto interesante de por medio, motivo adicional para que tenga ganas, mhuahaha.
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