Pistacho gris siempre era marginado por sus compañeros, por su familia y por un grupo de pedruscos que pasaban por ahí. Porque hay pedruscos que se mueven por donde les viene en gana, especialmente en tardes de lluvia poco educada.
Pero lo más importante en esta historia es que pistacho gris había cometido un asesinato. Oh, sí. Pistacho gris era un criminal. Y por eso no podemos seguir hablando de él en estas páginas. Bueno, técnicamente sí podemos, pero no debemos. Claro que nunca me ha importado lo que uno debe o no hacer. Pero prefiero hablar de su primo, guisante rojo. Él no había matado a nadie, aunque había violado a un buzón. La verdad es que los protagonistas de la entrada de hoy son un poco conflictivos.
Así que hablaré de marsopas.
A pistacho gris le gustan las marsopas. Es lógico, a todos nos gustan las marsopas. Menos a ti. Y menos a tu vecino.
El caso es que a mí también me gusta el chocolate. Y la gente generosa que dona mil euros (por ejemplo). Pero yo tengo sueño. Mucho. Y quería actualizar, pero no soy capaz de escribir nada coherente mientras mis ojos quieren tomarse unas vacaciones. Así que os declararé mi amor de los miércoles. Es ligeramente similar al de los lunes, pero con ciertos matices de amor de sábado. Y un toque de salmón fosilizado recubierto con lonchas de queso.
Tengo sueño. He dicho. Y he hecho. No sé qué exactamente, pero hecho está.
Necesito que llegue diciembre. Y a Jancio.
Feliz noche de la montaña siniestra.
10 comentarios:
Me ha gustado mucho, prima.
Hmmmm... ¿Rafa? Seguro que eres Indy, todo comentario raro tiene que ser suyo XD
Ya, sí, podría ser Indy. Pero también podría ser Rafa. Piénsalo. Incluso podría ser Jancio, pero seguramente me despediría con:
Melli wapiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
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Oyasumiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!
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Y cosas igual de horribles que no quiero ni imaginar. Pues eso, que soy Paco.
No te creas, ya se le ha pasado esa etapa, ahora ya ni comenta siquiera. Ten novios para esto... XD
Pssssssssssssss!!!
A mí me gustaban las marsopas, hasta que comenzaron su creciente oleada de intrusismo laboral. No hay derecho a que hagan eso. Los narvales sexadores de pollos han estudiado duramente sus oposiciones para terminar así. Espero que vengas a la manifestación que hemos convocado.
Iré, por los narvales, por los triglicéridos y por aquel heteromorfo que pasaba por allí.
Mmmmmmm, toque de salmón fosilizado recubierto con lonchas de queso, agghhh (insertar icono babeante) :P
P.D.: ¿Cómo es el amor de martes? ¿Y el del jueves? ¿Y el del dominlunes?
El del martes es esférico, el del jueves tiene trozos de retales en diagonal. Del restante no puedo hablar en público... el mundo implosionaría.
No se que te fumaste, pero yo también quiero.
P.D. Los pedruscos también se mueven uando hace viento.
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