lunes, 8 de noviembre de 2010

En las lágrimas está la vida

Todos buscamos la vida en el calor del verano, bajo los rayos del perezoso sol. Todos queremos encontrarla reflejada en una sonrisa, en unas palabras tiernamente susurradas, en una caricia tímida, en un abrazo eterno.

Pero para aquellos a los que la apatía nos ha acompañado gran parte del camino, compartiendo con nosotros el sustento, el abrigo y hasta el mismo aire que respiramos, hay más vida que la que nace de la alegría. Hay vida en el dolor, en el llanto, en el corazón que se estremece herido en nuestro pecho. Sufrimiento en forma de lágrimas que te recuerda que no has muerto, que tus sentidos están preparados para acoger de nuevo al mundo.

Y sonríes, mientras tu rostro sigue empapado, surcado por cicatrices que resbalan en forma de gotas, serpenteando sobre tu piel. La amargura es salada esta noche cuando besa la comisura de tus labios, dulce cuando es acunada por tu alma. Das las gracias, a todo y a nada a la vez, por tener la oportunidad de jugar con el destino, de internarte en sendas aún por trazar, jugando a desvestir la razón hasta convertirla en brisa de estío.

En las lágrimas está la vida. Porque sin vida no hay dolor que nos arranque el más mínimo quejido, la más leve sombra de preocupación. Lloro. Y secas mis lágrimas con tus besos distantes. Vivamos juntos este instante... dejémonos llevar por esta redención.

2 comentarios:

MaNoPlaS dijo...

amen

Alberto Zeal dijo...

Como dice Manoplas, amén. La vida sin dolor estaría vacía, porque entonces significaría que nada ni nadie nos importa. Y si la vida encima te trae a alguien que seque tus lágrimas, mejor todavía ^_^