Sé que no queda nadie por aquí, pero estaba actualizando otros de mis blogs (donde, probablemente, tampoco me va a leer nadie) y no he podido resistirme a escribir aquí también.
Vengo a hablar de la importancia del guisante a la hora de entablar conversación con repartidores de amazon. Y de la gracilidad del ciervo bicéfalo de espuma de afeitar. Pero resulta que ya es tarde y estoy cansada, así que será otro día.